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lunes, 30 de noviembre de 2009

Uso de Hormonas en Equinos


Prerrequisito para cualquier aplicación de hormonas es el conocimiento de la situación fisiológica hormonal y sus principios de regulación.


El ciclo de la yegua, como animal poliéstrico estacional es influenciado por factores ambientales que, actuando sobre el hipotálamo como organismo vector, inducen a éste a establecer un ritmo estacional.




Los factores ambientales desencadenantes son el alargamiento o respectivamente acortamiento de los días como también la alimentación (pastoreo).





El hipotálamo, mediante la producción de un factor de liberación de gonadotrofinas, induce a la adeno-hipófisis a la liberación de hormonas gonadotróficas. Entre ellas se destacan la FSH (hormona folículo-estimulante), y la LH (hormona luteinizante).


FSH estimula el desarrollo folicular del ovario, actuando los folículos también como glándulas endocrinas que producen los estrógenos que provocan el celo. Al alcanzar los estrógenos un cierto nivel sanguíneo (umbral) el hipotálamo induce a una mayor liberación de LH, lo cual provoca la ovulación y posterior formación del cuerpo lúteo, que actúa como glándula endocrina, cuya función es producir progesterona.


Vía hipotálamo la progesterona inhibe la producción de gonadotrofinas de la adenohipófisis, hasta la extinción de la actividad del cuerpo lúteo por luteolisis.


El factor luteolítico producido por el útero es probablemente idéntico con la Prostaglandina F2 alfa. Protaglandinas son derivados de ácidos grasos no saturados, que pueden ser considerados como hormonas tisulares.


La prolactina, otra hormona gonadotrófica producida por la adenohipófisis, ha sido poco estudiada en la especie equina, por lo cual no se ha considerado en la presente revisión.


La secuencia cronológica de las diferentes fases del ciclo, con su situación hormonal correspondiente, se presenta en la siguiente figura.



En la yegua se observa la frecuencia prolongada de ambas gonadotrofinas alrededor de la ovulación, con cambios poco manifiestos, particularmente en la curva de LH.


Ello difiere de lo observado en otras especies, especialmente en la vaca, en la cual la curva de LH se destaca por su preovulatorio. Por otra parte en la yegua también es interesante el alto nivel de FSH en la mitad del ciclo.
El estro se caracteriza por un nivel alto de estrogenos, que desciende poco antes de la ovulación.
Al formarse el cuerpo lúteo asciende el nivel de progesterona, alcanzando al 60 día postovulación un nivel que se mantiene hasta el 15° ó 16° día del ciclo, disminuyendo en los días posteriores como consecuencia de luteolisis. Estas funciones conforman la regulación cíclica de las hormonas de la reproducción.

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